¿SABOTEAMOS NUESTRO ÉXITO?
El experimento de los 8 monos.
Por Gonzalo Calleriza
Hace ya un tiempo se realizó un experimento que consistía en poner a 8 monos en una jaula donde se les daba de comer poca comida para subsistir, pero en dicha jaula, en su centro, tenía una escalera que llevaba a una fuente llena de deliciosa fruta. Cuando uno de los monos subía y tomaba una de ellas, se prendían automáticamente regadores que mojaban a todos los monos, causando ira entre ellos por el disgusto.
Esto terminó causando que cada vez que uno de ellos intentaba subir a conseguir fruta, los otros monos lo atacaban, ya que no querían sufrir el agua. Pasado un tiempo, los científicos cambiaron uno de los 8 monos por otro, el cuál al ver la fruta subía la escalera ya que no sabía lo que pasaría, pero antes de poder alcanzarla, los otros lo atacaban. El mono, sin saber porque pasaba esto, decidía conformarse con la comida que se le daba, sin intentar de nuevo. Esto mismo se repitió hasta que cambiaron los 8 monos por otros que nunca fueron mojados, sin que ellos supieran que en realidad los regadores habían sido desactivados completamente cuando se cambió el primer mono

¿A qué conclusiones pudiste llegar al leer esta historia?
Se podría razonar un punto de vista de cómo los monos originales frenaron el impulso de los monos nuevos a conseguir la fruta por miedo a algo que nunca iba a pasar nuevamente, afectando su futuro, como la tiranía de unos detiene el posible progreso de los demás. Pero por el otro, uno debe de considerar que los monos originales no lo hicieron por maldad, sino porque quisieron proteger a los nuevos de sufrir el impacto de la regadera. La incertidumbre de las cosas que pueden pasar por los castigos que sufrieron antes hace que la extrema precaución frene las posibilidades.
Ahora te tengo una pregunta, ¿no nos pasa esto constantemente en nuestra mente? Cuando intentamos cosas nuevas y fallamos, siempre llevamos un registro del fracaso, pero si no intentamos analizar el por qué, cuando fallamos de nuevo es como si estuviéramos encendiendo la regadera, y nos frenamos a nosotros mismos, diciendo que siempre va a pasar lo mismo, para qué intentar de nuevo.
Solo nos damos cuenta que la regadera está apagada cuando pasado el tiempo y con nuevas energías volvemos a intentar, para luego preguntarnos “¿por qué falle en un inicio?”, sin percatarnos que afrontamos el problema con otra mentalidad, en un tiempo más relajado y tal vez con otro tipo de apoyo.
Si fallamos una vez es crucial aprender por qué, ya que si sabemos podemos desarrollar habilidades necesarias de éxito, buscar apoyo de personas que nos ayuden, o simplemente esperar a que los factores externos que nos obstruyen ya no lo sean. Si realmente tenemos la motivación, es necesario nutrirla para que el sueño sea una realidad, sino viviremos con 8 monos en nuestra cabeza que nunca disfrutarán de la deliciosa fruta.